¿Podrá China cumplir sus expectativas económicas para 2020?

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La confianza del consumidor no se recupera al mismo tiempo que enfrentan nuevos retos económicos.

China expectativas

China proyecta ingresar al año 2022, económicamente más fuerte que cualquier economía importante del mundo. Las altas expectativas representan un desafío para los líderes del país, ya que su aparente fortaleza crea expectativas extremadamente altas para que China cumpla definitivamente con su pronosticada recuperación económica, y con la estabilización de sus relaciones geopolíticas.

El reciente giro de la política gubernamental hacia la estimulación de la demanda refleja la creciente preocupación en Beijing de que los consumidores todavía no hayan aumentando sus gastos al ritmo previo de la pandemia. La proyección de las exportaciones de China reposa sobre la demanda mundial de equipos de protección personal, un cambio global hacia las compras en línea y la intensificación de los fabricantes chinos para llenar los vacíos que han dejado sus competidores en otros mercados.

Nivel de consumo

El impacto económico del COVID-19, aunque breve, fue traumático para muchos consumidores chinos de bajos ingresos. Las generaciones más jóvenes de China no habían experimentado nada parecido a una recesión antes del COVID-19 en 2020. El virus les obligó a pensar más sobre el gasto, el ahorro y las compensaciones en el comportamiento de compra.

CHINA CONSUMO

La data reciente muestra que los niveles de confianza del consumidor no han logrado equiparar los del 2019. Sin embargo, muchos consumidores se están enfocando en optimizar las fuentes de ingresos a través de la gestión patrimonial. Lo que si se ha evidenciado en el periodo reciente es que cuando los consumidores chinos gastan, se están centrando cada vez más en marcas locales sólidas. De hecho, para el 2021 se muestra un aumento del 30% en el valor de las 100 principales marcas chinas, un fenómeno de éxito digno de estudiar.

Dinámica industrial

Los sectores más atractivos para la inversión en 2022 dependerán tanto de la recuperación de la demanda de los consumidores como de las prioridades gubernamentales establecidas en su plan quinquenal, dado a conocer durante la sesión anual del parlamento a principios de 2021. El plan es claro: Mitigación de riesgos y estabilidad, mayor participación del Estado en los negocios, enfoque en las industrias del futuro (con especial énfasis en semiconductores), crecimiento acelerado a través del consumo y crecimiento sustentable.

En lo que respecta a los flujos comerciales transfronterizos, China desea garantizar a corto plazo el máximo acceso a los proveedores globales y, a mediano plazo, priorizará el desarrollar capacidades nacionales de clase mundial. Más allá de los semiconductores, las prioridades particulares son la tecnología agrícola y la biotecnología. No se trata simplemente de proporcionar un mayor suministro de alimentos de China a nivel nacional, sino que también se busca garantizar que los alimentos se cultiven a partir de semillas cuya propiedad intelectual sea China.

Los suministros de energía tradicionales (petróleo, gas y los minerales clave utilizados en las baterías) siguen siendo prioridades para garantizar la estabilidad. Incluso se prevé que las energías renovables proporcionarán el 25% de la energía de China para 2030, gran parte del resto aún deberá importarse. En semiconductores, China continental compra más de una cuarta parte de todos los equipos de fabricación vendidos en la actualidad y esa proporción podría superar el 30% para el año 2023.

En lo que respecta a tecnología inteligente, China buscará exportar no solo hardware como de costumbre, sino también software y, fundamentalmente, los estándares en los que se basan los productos chinos. La posición de los gobernantes es remplazar progresivamente los softwares de empresas americanas, no solo para ganar independencia sino para restarle a éstas cuota de mercado y volumen de facturación a corto plaza; éste quizás sea uno de los puntos más sensibles para los próximos años.

El estado regulador

Los años por venir apuntan a una intensa acción regulatoria en China. Los reguladores estarán a la vanguardia en múltiples áreas, con la intención común de centralizar, estandarizar las regulaciones y supervisar a las pequeñas empresas de los comportamientos depredadores de las empresas más grandes. Estas políticas están dirigidas a todos los sectores y, por supuesto, las empresas extranjeras serán objeto de escrutinio como resultado.

Regulación en China

En lo referente al sistema de crédito, éste podría mostrar pocas señales de estimulo. Aunque también se presume que a medida que el sistema económico se consolide de manera más efectiva, los datos que se encuentren en las corporaciones financieras harán girar la rueda nuevamente.

Los jugadores su capitalizados en el sector financiero probablemente encontrarán que necesitan agregar miles de millones de dólares en nuevos requisitos de capital para sostener su modelo comercial existente y los operadores que usen una licencia provincial para operar en todo el país encontrarán que ese camino ya no está abierto. Las ventas de productos de gestión de patrimonio bancario estarán restringidas por las nuevas regulaciones sobre distribución.

Al entrar en 2022, Hong Kong seguirá siendo el centro financiero internacional de China y, a través del lente estrecho de ese sector, sorprendentemente sigue cosechando éxitos. Con la expansión del virus, parece que hay pocas probabilidades de que los viajes de negocios internacionales regresen a la completa normalidad para finales del 2021 en dicha región. Es por ello que muchas decisiones comerciales permanecen en suspenso: si se debe ajustar la escala de operaciones en Hong Kong, o en su defecto trasladar la actividad a China continental.

Antes de la próxima reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), pautada para mediados de noviembre 2021, es probable que los reguladores chinos aprovechen la oportunidad para emitir nuevas políticas con divulgaciones obligatorias más estrictas en el sector. Sin duda, aún queda por recorrer del 2021 y China es un actor económico que siempre está en movimiento.

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